SEGUNDO DIA EN CHICAGO

NOTA: en el siguiente post pondré fotos...ahora sí que sí.



Con Patty teníamos que ir a comprar el ticket para circular por metro y por bus a un supermercado que queda cerca de la estación del metro, obviamente nos equivocamos en una calle por un par de cuadras, pero nada para preocuparse, además que la avenida era realmente entretenida, mucho shopping y restaurantes. Finalmente compramos los tickets (U$ 75 por 30 días de viajes ilimitados por tren y bus) y nos subimos al tren, previa ayuda de un latino (que hablaba así como centloamericano) que trabajaba en la estación y nos cachó que andábamos perdidas. Tomamos la brown line hasta Washington, ahí hicimos la combinación con la pink line (qué gay no?) y llegamos fácilmente a la Universidad. El tren es bastante simpático y si no fuera gringo, sería pintoresco. En algunas zonas anda leeeeeeeeentoooooo, y debe ser porque las líneas están que se caen, se nota que todo el sistema y los trenes tienen bastantes años, in fact, los están arreglando en varias estaciones. De repente daba unos tirones y a veces ganaba velocidad, según Patty hasta sonaba como la montaña rusa. Todo este viaje es como a 5 ó 10 metros de altura sobre el suelo, así que se puede ver bastante de la ciudad y de los suburbios (no bajarse en esos lugares, se ven pelúos).
El viaje de vuelta fue interesante. No les he contado, pero de las 6 ó 7 líneas de colores, hay como 4 que hacen un loop en el centro de Chicago (de ahí que toda esa zona se llame….loop). Nosotras inteligentemente pensamos en hacer el mismo recorrido de vuelta, así que hicimos el loop e hicimos el transbordo a la pink line en Washington. Siiiiiiin embargo, lo que no cachamos es que las líneas van en un solo sentido…so, el tren volvió a hacer el loop, ahora en sentido inverso, y después de 30 minutos de estar dando vueltas en el loop, por fin salimos a nuestro destino. Ahora ya sabemos que el transbordo debemos hacerlo ANTES DEL LOOP.

En la tarde fuimos a una especie de party, una barbacue(¿?) a la casa del jefe del laboratorio vecino al nuestro. Uds saben que soy bastante cortá pa las cosas sociales y Patty no anda muy bien en inglés pero le sobra manejo social. Llegamos a la puerta, obviamente como 1 hora tarde, y nos entró el pánico escénico, además que si no estaba nuestro jefe argentino con su señora iba a ser un shock. A morir no más, tocamos el timbre y una gringa sonriente nos dijo si veníamos donde Chris (el dueño de casa) y que pasáramos y comiéramos y tomáramos lo que quisiéramos (tal vez nos encontró cara de sudamericanas recién llegadas y con poca comida en el cuerpo, pq cresta que es cara la comida acá!). En la fiesta todo bien, los gringos con los que conversé los pude entender bien y responder a sus preguntas, y si no ponía cara de ¿¡Qué chucha me estás diciendo!? Y me lo repetían. Bien simpáticos, buena experiencia, comida y bebida gratis. Nada que decir sobre los jefes argentinos, son un encanto, hasta conocimos a sus pequeños hijos…hablan español, italiano e inglés y tienen 6 y 10 años!

Me ha llamado la atención en Chicago:

Un tremendo edificio redondo, como la torre de Pizza que hasta el piso…10 ó 15 son sólo estacionamientos, así que se ven puros potos de autos estacionados en espiral (ya irá la foto) y sobre eso está el edificio con departamentos u oficinas.

La estación Quincy del tren jajajajaja, y es la raja, porque es distinta al resto.

Hay servicios de trenes que funcionan sólo en la “rush hour”. Patty buscó el significado de rush y aparecía algo así como la hora pico. Así que deducimos que esos trenes sólo pasan a la hora del pico.

Acá TODAS las puertas se cierran solas y para abrirlas necesitas hacer fuerza (es un sistema contra incendios, porque los gringos llegan a ser catetes con la cosa de la seguridad), así que creo que ese será mi único ejercicio durante esta estadía…brazos fuertes y tonificados.